No ha pasado mucho tiempo desde que jugué a Little Nightmares. Tres meses después de terminar el primero de los títulos, he tenido la oportunidad (más bien el ansia) de jugar a su segunda parte. Y es que nuevamente mi colega Txarly fué quiem me comentó: "Adri, he jugado a la segunda parte. Yo creo que te va a gustar"
Y así fué.
La ciudad pálida
No sé por qué me cuesta reconocerlo, pero me considero fan total de Little Nightmares. Creo que la estética, la ambientación, el apartado sonoro y las historias son brillates.
En esta nueva entrega, manejamos a dos personajes: Mono y Six. Ambos tendrán que andrentrarse en la aterradora "Ciudad Pálida" y descubrir qué hay más allá de la "Torre de señales", una construcción gigante que emite una señal constante que interfiere de alguna manera en nuestros personajes.
Six y Mono, Mono y Six
Esta nueva mecánica de manejar a dos personajes para superar obstáculos combina a la perfección con la historia. Viendo el adelanto que hay ya sobre Little Nightmares III (sí, ya está anunciado), diría que ha llegado para quedarse.
Quizá lo más interesante de este juego ha sido, bajo mi punto de vista, la interacción de los personajes contra el antagonista principal. Y es que la historia, siempre enigmática, nos muestra la evolución de la amistad que hay entre Six y Mono.
Los gráficos, siempre sobresalientes; cámaras, escenas, ambientación, tensión. Lo tiene todo para mí. En cuanto a apartado sonoro diría que es suficientemente bueno. No brilla por su presencia, ya que no lo tiene que hacer, pero sí añade la guinda al pastel que, en conjunto con lo anterior, hacen que este título sea digno de jugar.